El instituto de la Defensores Pública, a través de su director el Lic. José Pablo Mercado Solís atendió a un grupo de moradores del Rincón Guadalupano, inconformes con la construcción de las viviendas. Debido a que por muchos años vienen arrastrado el problema de la mala calidad en la construcción de sus viviendas adquiridas a una conocida constructora.
El comité de colonos, representado por la señora Rosaura Aguilar López como presidenta, la señora Alma Olivia Torres como Secretaria y la señora María Teresa Torres Rojas como Vocal, han presentado evidencias contundentes de este serio problema que, si no es atendido, rebasará sin duda los límites de la prudencia de quienes esperan respuesta de las instituciones.
Los colonos del Fraccionamiento Rincón Guadalupano, señalaron al director de la Defensoría Pública Pablo Mercado, que tienen ya desde hace 20 años una larga lucha y un continuo peregrinar por instancias gubernamentales del Municipio, del Estado de la Federación, en busca de soluciones de fondo, a los graves problemas de seguridad jurídica en la tenencia de su vivienda, a la vez de la integridad física de quienes habitan viviendas conocidas como “Casas de Mazapán”.
Esto, por la debilidad estructural que adolecen desde su construcción, puesto que sus columnas y lozas, paredes, enjarres y acabados, han resultado de pésima calidad, así como por su inestabilidad en el subsuelo y superficie, que provoca hundimientos, cuarteaduras, roturas y taponamientos de tuberías de agua y drenaje, ante el prácticamente un abandono de las autoridades por garantizar servicios públicos, no digamos de calidad – como es su obligación -, sino los mínimos indispensables.
Prácticamente más de 20 años en continua zozobra, porque en temporada de lluvias, aquello es un caos por las inundaciones, permanentes goteras, deslaves y agua que se trasmina entre muros con humedad continua; en épocas de frio, en vez de ser térmicas y cálidas, son como refrigeradores; en tiempos de viento, arrasa con láminas y plásticos que se colocan para evitarla entrada de tierra y polvo.
En estos años, no han sido pocas las denuncias y llamados de apoyo de estas 274 familias; se han presentado denuncias por fraude ante las autoridades de todas las instancias; se han realizado inspecciones oculares, dictámenes periciales y se han ordenado reparaciones, parches y reiteradamente se ha pedido una permuta aun cambio de ubicación de este fraccionamiento y, en todos los casos la respuesta ha sido “oídos sordos e indiferencia”.

En efecto, se han hecho reparaciones y en un lapso de cinco años, los beneficiarios de estas 274 viviendas, dejaron de cubrir sus pagos mensuales al Infonavit para que ORMIGON, S.A. de C.V. que es la empresa que construyó este fraccionamiento, realizara las reparaciones necesarias; sin embargo, un enjarre o un aplanado no soluciona el problema.
A lo que se comprometió la empresa constructora es a realizar reparaciones cada seis meses, pero ya hace más de un año que este “mantenimiento”, dejó de hacerse, por lo que ahora son los propios habitantes los que con mucho esfuerzo cubren goteras, resanan cuarteaduras y tapan agujeros.
Estudios científicos realizados por la Unidad Académica de Minas de la UAZ, comprueban que la superficie y el subsuelo en donde se asentó este fraccionamiento es inestable, de arcilla expansiva y con capas de tepetate blando por el que cruzan arroyos y manantiales; el propio Infonavit coincidió en que “Rincón Guadalupano” no es habitable, en tanto que el estudio realizado por la empresa constructora, se afirma todo lo contrario, sin que haya sido demostrada tal aseveración y porque además, las casas de mazapán muestran de lo que están hechas y en donde se encuentran asentadas.
Se considera de la mayor pertinencia social el que el Infonavit proceda a realizar la cancelación de adeudos en beneficio de estas274 familias de escasos recursos, para que sean finalmente por ellas mismas, las que realicen las reparaciones estructurales de sus viviendas, algunas de las cuales tendrán que ser demolidas para luego profundizar la excavación, fijar las zapatas adecuadamente y desplantar columnas cuya consistencia sea sólida y duradera.
Hay una amenaza permanente de derrumbe y un riesgo de quienes las habitan y que cada vez es más extremo de sufrir lesiones o perder la vida ante el inminente colapso que presentan.
Es por ello que no solamente es jurídicamente procedente, sino además justificada socialmente, la petición de solicitar al Infonavit, declare la cartera vencida de las 274 familias que precariamente habitan “Rincón Guadalupano”, como financieramente cancelada.