El Director del Instituto de la Defendería Púbica del Estado Zacatecas, Lic. José Pablo Mercado Solís, fue invitado por el Poder Judicial de la Federación y la Abogacía en México. Al conversatorio para analizar la importancia del abogado en sociedad.
El evento tuvo lugar en la Casa de la Cultura Jurídica de Zacatecas en punto de la 17:00 horas de manera presencial.
En esta “Mesa de Análisis” se tocaron varios temas sobre la relación del Poder Judicial y el Gremio de Abogados.
También estuvieron como invitados su Señoría del Juzgado Segundo del Distrito del Centro Auxiliar de la Novena Región en zacatecas, Víctor Manuel Jiménez Martínez y el director de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Dr. Raúl Federico García Pérez.
Mercado Solís en su participación destaco la importancia del abogado en la sociedad. “Los abogados desempeñan una labor fundamental en nuestro Estado de Derecho, pues son los profesionales que asesoran en derecho a la ciudadanía, propician la resolución extrajudicial de los conflictos y, en su caso, defienden en sede judicial los derechos e intereses de sus clientes.
El Día del Abogado se conmemora el día 12 de julio a manera de recordatorio de los deberes que los mexicanos y mexicanas tienen para con Todos hemos tenido una emergencia legal y la necesidad de contratar un abogado y es ahí cuando nos preguntamos ¿por qué no tengo un amigo que se dedique a las leyes?
El Día del Abogado se conmemora todos los años a manera de recordatorio de los deberes que los mexicanos y mexicanas tienen para con la aplicación de las leyes y la justicia.
El origen de este día se remonta a 1960, cuando un comité encabeza por Federico Bracamontes, fundador del periódico Diario de México solicitó a Adolfo López Mateos, entonces presidente de nuestro país, que declarara el 12 de julio como Día del Abogado. El objetivo era rendir homenaje a los profesionales del área jurídica.
La primera institución que preparó profesionales del derecho fue la Real y Pontificia Universidad de México, hoy la actual Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La palabra ‘abogado’ proviene del latín advocatus, llamado en auxilio y hace referencia a aquellos profesionistas que se dedican a defender, en juicio por escrito o de palabra, los intereses o causas de los litigantes, pudiendo ser su representado a particulares, empresas o gobiernos en asuntos jurídicos en los tribunales competentes.
“La profesión de abogado es una de las más importantes del mundo. La razón de esta importancia reside en la trascendencia de la función del abogado.
Ya en el código de Justiniano aparece un texto (“De advocatis diversorum indiciorum” Código,Libro II,Tit.VII , Ley 14 ) que viene a decir.”Los abogados que aclaran los hechos ambiguos de las causas, y que por los esfuerzos de su defensa en asuntos frecuentemente públicos, y en los privados, levantan las causas caídas y reparan las quebrantadas, son provechosos al género humano no menos que si en batallas y recibiendo heridas salvasen a su patria y a sus ascendientes. Pues no creemos que en nuestro imperio militen únicamente los que combaten con espadas, escudos y corazas, sino también los abogados; porque militan los patronos de causas, que confiados en la fuerza de su gloriosa palabra defienden la esperanza, la vida y la descendencia de los que sufren “.
En época del gran emperador Justiniano, la sociedad ya era consciente de la trascendencia de la función del abogado. Hoy, en el aún novel siglo XXI, su función sigue siendo tan importante o más que en los inicios de nuestra historia. El abogado cuando después de haber escuchado a una persona fisca o jurídica, empieza a trabajar, a estudiar la documentación, a buscar soluciones, lo hace velando por un interés concreto y especifico, el de su cliente. Es justamente en esta concreción, donde reside la grandeza de su función. La solución a este caso concreto alimentará el ordenamiento jurídico general, por los diferentes cauces procesales previstos, contribuyendo a enriquecerlo y mejorarlo. El abogado lucha por separar lo equitativo de lo no equitativo, objetivo que requiere un gran esfuerzo y al que se llega a través del conocimiento que le brinda su propia experiencia profesional, pero también gracias al conocimiento mediato, el que adquiere de otros abogados, de otros juristas, de la jurisprudencia. El abogado es un profesional que para poder cumplir su función debe ser un buen conocedor de su sociedad, de los hechos concretos que importan a cada uno de sus asuntos y de la evolución legal y jurisprudencial. Por todo ello nunca puede dejar de ser un estudiante”. Termino sugiriendo.
Por su parte el Director de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Dr. Raúl Federico García Pérez. Señalo que “En estos tiempos de creciente globalización, creciente interconectividad y constante avance tecnológico, nuestra noble profesión se encuentra en un punto de inflexión. Debemos reconocer que, hoy en día, la abogacía se enfrenta a cambios acelerados y desafíos sin precedentes que ponen a prueba nuestra capacidad de adaptarnos y reinventarnos.
Una de las grandes transformaciones en el mundo jurídico viene de la mano de la tecnología. El impacto de la digitalización, la inteligencia artificial y el big data están cambiando drásticamente la forma en que los abogados trabajamos. Tenemos, por ejemplo, los “legalbots” que pueden llegar a realizar tareas de investigación y preparación de documentos legales, lo que antes requería cientos de horas humanas ahora se hace en unos pocos minutos. Pero también, esta nueva era digital presenta desafíos éticos y de privacidad, sobre los que la profesión y la legislación aún están tratando de dilucidar.
Por otro lado, la globalización ha propiciado que nuestro trabajo no conozca fronteras. Sin embargo, también ha ocasionado una competencia mucho más acusada, donde los abogados no solo deben dominar las leyes nacionales, sino también tener un comprensivo entendimiento de la legislación y la normativa internacional.
Además, la demanda social por una justicia más accesible y equitativa es un llamado en todo el mundo. Nos encontramos en un periodo donde los ciudadanos tienen cada vez más acceso a información que puede empoderarles. Debe ser nuestra responsabilidad como abogados enseñar y educar sobre los derechos legales y garantizar una adecuada representación jurídica.
Finalmente, pero no por ello menos importante, está el desafío de la ética legal. En un entorno cada vez más complejo y competitivo, resulta vital mantener y promover los valores éticos de la profesión, garantizando la integridad, la confidencialidad y la independencia en todo nuestro quehacer.
En resumen, estamos frente a una serie de retos que, sin duda, cambiarán la forma en que entendemos y ejercemos la abogacía. Pero esto también nos da la oportunidad de innovar, de ampliar nuestras habilidades y de dar aún más valor a nuestro trabajo. Recordemos que nuestra misión no es solo servir a nuestros clientes, sino también contribuirá un sistema de justicia más efectivo, accesible y justo.
Concluyo con una invitación a que juntos enfrentemos estos retos con apertura y valentía, dispuestos a aprender y a poner al servicio de la sociedad nuestras habilidades y conocimientos. La abogacía siempre ha sido una profesión de cambio y adaptación, y estoy convencido de que sabremos enfrentar estos desafíos con éxito”. concluyó.